a semana pasada, Lewis Hamilton había manifestado que “no piensa cerrar la boca”, ante el comunicado de la FederaciónInternacional de Automóvil en el que éste prohíbe a los pilotos a hacer cualquier tipo de declaraciones políticas, religiosas o personales durante eldesarrollo del campeonato mundial de la temporada 2023, que está a punto de iniciarse.
Hamilton siempre ha utilizado sus plataformas personales y corporativas de su marca para expresarse sobre el racismo, los derechos humanos, la comunidad LGBTQ y diversidad siendo esta la primera vez que la censura llega a la Formula 1, sobre todo, coartando la posibilidad de expresarse en temas tan sensibles como el racismo o la comunidadLGBTQ.
Mientras el piloto anunciaba su insubordinación, a futuro inmediato, a la entidad rectora del deporte motor, autoridades de laFIA han anunciado que en los próximos días darán a conocer más disposiciones establecidas para alcanzar una tranquilidad durante el desarrollo del campeonato.
Sin dudas, la medida de la FIA y la respuesta “violenta” del piloto británico nos insinúa que ésta será una temporada muy parecida a un culebrón turco con dimes y diretes, sanciones y demás que permanentemente distraerán el desarrollo del campeonato en el aspecto meramente deportivo.